Olvídense de mostrarnos videos de muertes al volante más próximos a una peli de casquería que a un mensaje de tráfico. Si aún no se han enterado, ya no funciona lo de acojonar al conductor. No somos asesinos en potencia ni criminales sino personas. Háganme algo bello, que me haga meditar y pensar. Y que me llegue. Y, si se puede, que esté muy próximo a la obra de arte, cómo es el caso de esta campaña.
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